miércoles, enero 28, 2009

Ahora que sé que te escribo

Ahora tengo cuenta de lo que te escribo
ahora que estoy recuperando la razón
ahora que el dolor y el estío
avandonan mi corazón,
no supimos más que querernos a bofetas
no supimos más que querernos.
Vuelvo trás de mi la vista y sólo veo tu nombre
descubro algunos de mis pensamientos
con tus iniciales en las caras de otras muchachas a las que amar
Ahora doime cuenta de lo ocurrido, ahora que ya no se llora más en mi casa por tus muelas
ahora que las escupo al suelo y aflojo,
ahora que como un loco lleno de desboco tengo ganas
de abrarzame a tu puerta, de llamar a tu puerta,
de esconderme en tus brazos,
de volverle atrás el tiempo en besos de versos sin tacto,
en congelar las flores de tu vera de mis inútiles cantos,
ahora me doy cuenta de todo lo que te he amado,
ahora me doy cuenta de lo que te amo,
ahora que ya no tengo ganas de trepar...

Hay amigos heridos,
hay soldados usados en la batalla,
hay crímenes de guerra sin juicio
ventanas, mentiras pocas y sentimientos pisoteados varios
sólo se lo que me enseñas, ya no recuerdo los nombres de tus rostros
ya no curo tus morros,
ya le puse tu nombre a mi escalera,
ya no bajo a verte
ya no me mojo,
yo no tengo ganas.
La culpa no fue de los besos ni de los atascos,
no de las primaveras rotas ni de los retazos,
no de las cartas, no de las brebas,
no de las faldas de cualquiera.

No hago mas que escribir mis memorias contigo en mi ombligo,
no asalto la nevera de vertigos felinos.

Amo a otra, equivoco en ella tu rostro,
obligo a mi conciencia a no desterrarte a olvido en cada letra
abrigo el vazio que dejaste en la nevera,
estudio el sombrio acecho que se instalo en mis primaveras
ya no quiero a nadie tan cerca,
ya no puedo volver a compartir la vereda,
ni escribirle poemas,
ni partirme las piernas po su sesera,
ni esconderme camuflado en una de las plumas de tu almohada,
tantas y tantas ocasiones fui ignorado,
tantas y tantas fiestas sitiendome lleno de ti en cada boca,
en cada trozo e cielo que visitaba estaba tu tendida tu ropa.
No se cuanto te quise, ni cuanto pude amarte,
no se cuando deje de abrazarte,
no se cuantos puñales clave en brazos para que vieras
no lo sé, sólo sé que hoy amo a otra.

Y me recuerda a tí, y no la permito pasar de la entrada,
y no la dejo juguetear con mis cosas,
y no la enseño el dulce de mi boca,
y no hago más que hablarla de mi dolor
del causo tu boca,
del que sufrió mi cosa
del que estremeció hasta la última rosa del jardín compuesto para tu ropa.