sábado, junio 20, 2015


Cabreado el tiempo por el maltrato secundario
que los relojes le dan a los segundos
hayo instantes en los creo en lo profundo
Me desplazo apenas de mi mismo,
ando poniendo un pie tras del otro
hilando el tiempo
entreteniendo mi cuerpo
pensando en el tuyo desnudo,
recién te encuentro.


Suena un beso
bate una palma,
no encuentro la palabra que explique
esta calma.
A unos centenares, largos,
de kilómetros me engaño con que estás cerca
y estas aquí todo el rato
y estas lejos sin apenas, cambios.