A pesar de los pies
vuelo un rato cada día.
Alimento con trocitos
de carbón la caldera
que alimenta mis dos alas,
y mi alma callejera.
Y en este instante y bajo esta lluvia
llega a mi cuello un beso,
que sin arder alimenta la hoguera
y hazme ,al instante, flotar donde sea
Y con estos versos
y con esta lluvia en la ventana
Esperare tu cuerpo.
Abonaré mi almohada.
Y con fijeza en la mirada
que apunta desde el hondo
en que habita la calma
Observaras, cómo se me endulzan los ojos,
bajo tu atenta y confortable mirada.
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