martes, diciembre 02, 2008

La Tierra, el Mar y el Cielo


Cuesta echarle el lazo al cordel más largo,
Vierte su espesa cuerda sobre las alas,
Visita el pueblo una sonrisa de anciana,
Bate el cobre nuestras alas
Piso el tiempo en tus escamas,
Un refugio entre las sabanas,
Un instante de agonía
Un minuto de maldad
Un minuto entre tus sabanas
Un minuto de maldad
Una, larga y fría,
Otra rauda y tía.

Del tiempo el calendario
De las sabanas la bajera,
Del ruido el barullo
Del delantal, las cuerdas,
Del alma la manta
Del espejo, tu reflejo,
Del mundo su espejismo
Y del culto, el estropajo

Como tienes hoy las orejas, están llenas de oídos o de cabezas,
Las tengo llenas de tierra, de pies a cabeza
Y el arrrma teñido de azul, y la cama manida de rosa,
Y el cuerpo clavado en espinas de dormir cada día…
Y descansar por las noches,
Y el cuerpo lleno de juerga, y el alma repleto de espinas
Y la calma en el bolsillo para tomar como aspirina,
y el olvido en la memoria en cada uno de los días.
Marcando las noches en vela, recuperando las mañanas
Desayunando en las aceras,
escupiendo al viento mientras nieva.

Vivo bailando en un mar de esfera,
plano como la calma,
tedioso como el vacío,
oscuro como la miel,
esclavo como el África,

Hastió baldado en frases de ideas perfectas, la mirada fija en un punto, los ojos llenos de risa, una esclava en la mano y un olvido sin prisa, un nuevo amor a las puertas, un escozor que hiela,
Tengo sapos en la ventana que me recuerdan la humedad de algunas casas,
tengo esclavos en manzanas domesticando gusanos, para las sabanas,
visto en gallumbos marianos por las mañanas.
Cuelgo en las cuerdas cansadas, del tendal, no de la guitarra.
Cada tarde la colada.
Vivo entre ropa de ayer el mañana.
Compro con pan al hambre
Sedio con sed al agua

Que oscuridad se cierne en el silencio particular del almohadón, qué lee en los días de nada, cuando la noche aprieta y amenaza el alba. Exprimo entre tres gotas la jornada, mientras el paro llena las portadas, Asia a un lado, al otro, Europa…
En un cuadrado de seis lados pasa una mosca el tiempo contando esquinas y ventanas.
En un pequeño secreto se escriben las mentiras, en un orgulloso deseo de tenerte bien en el cabreo y allá, en lontananza pienso que has echado en falta la esperanza de
Encontrarte en todos ojos, de amarte cada mañana,
Ahora con los ojos no apretados te sientas en un sello con las manos en las calzas mientras deletreas tus palabras en gestos agudos, con las manos en las nalgas, escuchas cada verso en amenazana, olha-le al tempo a la cara,
Me pagarías la base reguladora del consejo nacional de estupidez congénita punto por punto…

Busca entre los árboles de tu jardín un cuento de riquezas sin dinero,
De azul entre la tierra, la playa y el cielo

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